Las protestas en Ecuador parece que se están convirtiendo en una especie de regla. El cambio del gobierno en Ecuador no ha significado el cambio de modelo, por eso hoy vemos tantos paralelismos con el estallido social de octubre de 2019. Pese a que ya se refirió Sara a ello, merece la pena recordar lo sucedido.
Luego del acuerdo que firmó el gobierno de Lenin Moreno con el Fondo Monetario Internacional, llegó el momento del primer paquetazo, reformas que, según Lenin Moreno (y solo según él, evidentemente) "crearían más trabajos y mejores oportunidades".
Veamos esas mejores oportunidades: recortes en salud, recortes en educación, subida de los impuestos, menos vacaciones para los funcionarios públicos (pasaron nada menos que de 30 a 15 días al año)… y además, que los funcionarios públicos trabajen gratis un día al mes.
Pero no crean que aquí se acababan todos los beneficios de estas brillantes reformas para mejorar la vida del pueblo, no: además decidieron eliminar el subsidio a los combustibles, vigente desde hace 40 años, que era clave para la población más pobre y especialmente para la población indígena, mucho más dependendiente para casi todo del combustible y más vulnerable a subidas de este tipo.
El país quedó paralizado durante unos 12 días. Centenares de heridos, más de una decena de fallecidos como resultado de la represión policial. Miles de detenidos y medios de información, mirando para otro lado o criminalizando a los manifestantes. Al final, hubo una mesa de diálogo y llegaron a un acuerdo que, sorprendentemente en el caso de un político tan fiel a sus ideas como Moreno, fue incumplido por su gobierno.